Con la llegada del buen tiempo, pasamos más tiempo al aire libre. Sin embargo, si aumentas tu exposición a determinados elementos, es probable que tus accesorios sufran las consecuencias, ya que se elaboran con materiales delicados o se decoran con adornos a los que debes prestar una atención especial.

Si quieres mantener tus piezas como el primer día, no te pierdas a continuación los tips útiles de VIDAL & VIDAL: podrás ponerlos en práctica desde el primer momento para que cuidar tus joyas en verano te resulte fácil y sencillo. ¡Sigue leyendo!
Vigila la exposición a factores ambientales
Es completamente normal querer lucir tus joyas favoritas cuando los días se alargan y te apetece aprovechar al máximo las horas de luz. Sin embargo, esta época del año presenta ciertos riesgos para tus piezas que pueden llegar a dañarlas, así que es importante que sepas identificar cuáles son.
El sol
Una exposición directa y prolongada a los rayos solares no solo puede provocar que los metales de tus joyas se sobrecalienten, sino que también trae consecuencias graves para determinadas gemas. La amatista, el topacio, el cuarzo rosa o la turquesa son especialmente sensibles a la luz del sol y pueden perder color de forma permanente. Por su parte, es posible que las perlas se vuelvan quebradizas y amarillentas.
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El cloro
El desinfectante más habitual de las piscinas es altamente corrosivo para la mayoría de los materiales, por ejemplo, el oro. Debilita los engastes de este metal con las piedras o puede fracturarlo por estrés. Por otro lado, la plata reacciona a esta sustancia oscureciéndose y perdiendo su brillo casi de inmediato, mientras que las gemas porosas y las perlas pueden decolorarse y dañarse de manera irreparable.
El agua salada
La sal también es corrosiva para determinadas joyas, ya que puede erosionar lentamente las soldaduras y dejar un residuo blanquecino opaco en los metales y las gemas. Además, en el caso especialmente de los anillos, como el agua del mar suele estar fría, encoge ligeramente el tamaño de los dedos por la vasoconstricción, así que es más probable perderlos.
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La arena
Al estar formada por pequeños fragmentos de rocas o minerales, actúa como un abrasivo que puede rayar metales como el oro o la plata y dañar el pulido de las piedras naturales.
Los protectores solares
Algunos cosméticos que se usan en verano, como las lociones y los aceites con protección solar, contienen ingredientes que pueden acumularse en zonas más aisladas de las joyas, sobre todo alrededor de los engastes. Esto puede crear una película opaca que impide que la luz se refleje, lo que disminuye su brillo drásticamente.
Ante la duda, mejor quitarlas
Existen diferentes elementos que pueden influir en el aspecto de tus piezas favoritas durante los meses de verano. Por tanto, la recomendación general que puedes seguir es retirar todas las joyas antes de aplicar protector solar, bañarte en la piscina o el mar, practicar deporte en la playa o, incluso, descansar sobre una toalla a la orilla. Lleva contigo un estuche o bolsitas de tela individuales para guardarlas de forma segura y evitar que se rayen.
Cuida tus joyas según el material
Aunque la práctica más recomendable es evitar exponer tus accesorios a cualquier elemento que las pueda dañar, en muchas ocasiones no es factible, por lo que es importante saber cómo cuidarlas después:
- Joyas de oro y plata. Se recomienda limpiarlas con un paño suave y seco para eliminar restos de sudor, cosméticos o maquillaje. Si han entrado en contacto con sustancias más agresivas, es posible lavarlas con agua tibia, jabón de pH neutro y un cepillo suave.
- Joyas con diamantes. Para retirar películas adheridas a su superficie, se aconseja limpiar las gemas con la misma solución que hemos mencionado arriba. Puedes usar un cepillo para acceder a las zonas más difíciles y eliminar la suciedad acumulada.
- Joyas con piedras naturales. En el caso de esmeraldas, ópalos, turquesas o corales, debes tener especial cuidado por su porosidad y su delicadeza. Evita sustancias químicas y recurre a un paño humedecido, pero seca de inmediato. Si se trata de piedras más resistentes, es posible utilizar agua con un poco de jabón neutro.
- Joyas con perlas. Puedes limpiarlas con un paño suave ligeramente humedecido con agua destilada y secarlas con delicadeza. Por su naturaleza, son sensibles a los perfumes, las lociones o el sudor, por lo que es recomendable colocarlas después de haber aplicado cosméticos y no llevarlas al hacer ejercicio, darse un baño o durante días calurosos.
Mantenimiento profesional
Aunque nuestros consejos prácticos te ayudarán a mantener tus joyas como el primer día, también es buena idea valorar la posibilidad de llevarlas a un experto de confianza para que realice una revisión o una limpieza más exhaustiva. Con estos servicios, es posible comprobar el estado de los engastes, asegurar la fijación de los diamantes y las piedras naturales o verificar que el estado general de la joya es el esperado. Asimismo, un pulido profesional puede recuperar el brillo que haya atenuado el verano.
Tus joyas son mucho más que accesorios: son un símbolo de momentos importantes y una forma de expresión. Con estas recomendaciones y un pequeño esfuerzo, podrán seguir formando parte de tu colección muchos años y acompañarte cada verano sin perder su aspecto original.







